lunes, 19 de enero de 2009

a flor de piel


Formaba parte del perfil de la costa, una estructura monumental, los bloques de cemento, le sugerían firmeza, era como una pista de tenis en un espacio sin gravedad.
Ese fue el pensamiento que le surgió de la piel. Y digo de la piel y no del pensamiento, porque su piel se tornaba roja, tal vez por el sol, tal vez por el bochorno, esa estructura era la casa de su antiguo amante.
Había soñado con el aquella misma noche, podía verle desde la habitación de aquel mediocre hotel al que su marido le había llevado.
Estaba atormentada, los niños la asediaban, el marido la ignoraba, toda su vida, era su pensamiento.
Un juego de tenis los había unido y un trozo de playa les separaba.
Su piel, su rojiza piel, enmudeció al ver….
Era Alejandro, fuerte, desnudo, canela.
- ¡salgo ¡ necesito tomar el aire.
- No tardes, que los niños quieren bajar a la playa-dijo su marido autoritariamente-.
Cerró de un portazo, ni siquiera recayó en que no llevaba zapatos.
No importaba, cualquier desnudez le recordaba a Alejandro, así desnuda tenía el alma ante el y así fue a su encuentro.
Solo el contacto con la arena caliente, le despertó de su locura, pero era demasiado tarde, sus piernas corrían más que su cabeza.
Llegó y la sorpresa del muchacho fue tan grande que precipitó su cuerpo sobre el de Laura y de pronto su piel se tornó azul, ¿azul?, si azul, como el mar, no se sabe si por su cercanía o por una mutación.
Un extraño impulso sumió a la chica en el mas ardiente deseo y allí mismo, en el suelo, junto a la casa, hicieron el amor, tan intensamente, que perdieron la noción del tiempo.
El marido se impacientó. Y ella lo presentía.
-Alex, espera- le dijo-
-tenemos un testigo muy cerca, solo hasta esta noche, no seremos libres.
El plan era claro, todo el mundo de Laura se derribó hace tiempo.
El olor a libertad, llenaba sus pulmones, las olas de aquel mar azul turquesa le gritaban a cada vaivén.
-déjalo ya, no luches.
Pero ella se aferraba a la falsa esperanza de no tener que matarlo.
No tener que cometer un acto tan terrible, pero no quedaba otra, Rodrigo, su marido se había convertido, hace ya mucho tiempo en un tirano.
Así que ella regresó al hotel, disfrazada de mujer tímida y sumisa, como siempre.
Pero el maquiavélico plan seguía su curso.
Nada mas llegar, el la recibió con las bolsas de la playa, la sombrilla y una nevera repleta de refrescos.
- ya hablaremos más tarde- el marido tenia semblante de asesino-.
La piel de Laura fue adquiriendo un nuevo tono, en este caso amarillento, tal vez porque la bilis se derramaba en su interior. El caso es que cambiaba de color con las circunstancias.
Hacía poco tiempo que en el mundo surgieron este tipo de personas, los llamaron.
“ARCO IRIS”.
Su aspecto nada tiene que ver con lo que en realidad son, auténticos híbridos de la naturaleza, seres camaleónicos, capaces de sobrevivir a condiciones de anaeróbia, diríamos que son bacterias y no porque contaminen, sino porque están contaminados, de pasión por vivir.
No importaban las circunstancias, así a Laura le dejó de importar todo, bueno, casi todo….
Debía disimular, el hecho de llevar una doble vida, no le desvió nunca de su único objetivo: perpetuar la especie, contagiar con su misma esencia a toda la humanidad.
Picar, por decirlo de alguna manera a todas las criaturas vivientes.
Era necesario, pues el fin estaba cerca.
Esta rara mutación hacía de los arco iris unos seres de corta vida, y Laura sabía que contados estaban los días.
-es el momento.
Su mensaje fue claro. Alex salió veloz de la casa en dirección a la playa contigua.
Había escuchado el mensaje telepáticamente.no respondió, solo actuó, cogió eso si un frasco amarillento, como el color de Laura en ese momento.
Alex dejó el frasco en el lugar indicado, Laura lo recogió, cuando tuvo la oportunidad y con gran calma lo vertió en una taza de café.
- quieres una taza.
- -si – contesto Rodrigo-.
Una solo gota de aquel preciado líquido, sería suficiente para convertir a cien millones de personas en seres avanzados, dotados de infinitos dones. Era la quintaesencia, el divinus aureum de los alquimistas, el fluido paracélsico por naturaleza, su fórmula había sido transmitida a Laura por el mas importante arco iris de todos los tiempos .Y al beber todos los elementos se introdujeron en Rodrigo, causándole la muerte, pero una muerte irreal, a los pocos minutos cobraba vida y su piel comenzaba a adquirir todos los tonos del arco iris.
Sin embargo aún no se había despertado en los seres arco iris un elemento, la cordura.
Todo era desmedido, el amor, el ingenio, la prudencia, ese era el punto a evolucionar.
Por eso fue Rodrigo el elegido, su vida era demasiado cuerda, lineal, tirana, estructurada, eso daría a la especie el último ingrediente….
Deberían reunirse, ese era el último detalle del plan, en un pequeño catamarán anclado a escasos ochocientos metros de la costa.
Alex y Laura llevaron a Rodrigo con Ismael, el único que podía unificar el color, que era justo lo que necesitaba para poder sostener la vida.
Permanecía inconsciente, pero en el momento que despertara pasaría a ser el ser supremo, su lugar estaba muy lejos de allí, su misión, la mas difícil, reunificar la especie y colonizar una tierra que se sumergía en la mas profunda decadencia.
Rodrigo fue lanzado al mar, aún en estado de semi inconsciencia.
Y flotó como las ideas en la cabeza de Laura, el día en que lo conoció, cuando se casaron,el primer hijo, el segundo y por último, la entrega….
Era necesario.
Un extraño zumbido, interrumpió la calma. Apareció in grotesco aparato, como un mini submarino que se encargaría de colocar al rey en su trono.
No tardó en descender ni un minuto a las profundidades del océano, concretamente a 8172 metros, justo la altura del everest.
Y de un solo impulso, el cuerpo fue enviado con las pléyades y un segundo después su cuerpo, totalmente blanco, fue devuelto al lado de Ismael.
-está listo, comento.
-permanecerá inconsciente, pero cuando le regrese el color, tomará consciencia de una nueva realidad.
Laura y Alex se sintieron muy aliviados, por fin podrían descansar.
Desmontaron a los hijos y se fundieron, convirtiéndose en arena.
Todo regresaba a la normalidad a 8172 metros de altura, ya que partieron dejando esa tierra donde ya habían cumplido su misión.
El último ser humano había sido convertido.
Ahora pregúntate de que color tienes la piel.

Capitulo segundo:

Gasterea o el encuentro con la musa.

Vivía en una loma, en un montículo, en una enorme casa de piedra
Negra, de l·licorella. Todo lo que alcanzaba la vista eran vides, zarzamoras y olivos.
Un perfume de lavanda colmó sus pituitarias, acto seguido, apareció la visión, un cuerpo blanco, escultural de largos cabellos rezumaba fragancias tomillo, romero, ajedrea, pimienta, canela……
Sus ojos grandes y azules, como el agua, su mirada roja como fuego.
No parecía tocar el suelo, levitaba. En sus manos largas, de musa, las frutas adquirían el punto de sabor exacto. Su delicada nariz percibía el aroma de las trufas a cientos de metros de distancia.
Nunca nadie la había visto, solo los doce apóstoles del sabor.
Rodrigo podía retenerla en su retina, no sin gran esfuerzo, pues la luz que la envolvía era tan sumamente pura que dolía de mirar.
No habló, solo le miró y con la mirada le guiaba, le hizo coger unas setas, que colocó en una cesta, eran como unos huevos blancos de los que surgía una yema anaranjada.
Luego le ofreció de una vid su fruto maduro. Escarbó cerca de un árbol y del suelo surgió una perla negra de piel rugosa.
De las zarzas cogió moras, negras y blancas, grandes como cerezas.
Junto a una acequia arrancó hojas silvestres, con las que confeccionó un ramillete, de fragancia extraordinaria. Ante su mirada atónita cruzaron liebres, perdices y hasta un jabalí. El camino parecía estar repleto de manjares, de colores. Higos fresquisimos que rezumaban sabia, manzanas rojas de gran tamaño, la mano de la musa señaló al frente, donde una puerta de hierro forjado daba paso a una majestuosa casa de piedra de cuya chimenea salía un denso humo blanco.
Fue entonces cuando la musa le habló:
- no escuches.
- Oye
- No huelas
- Inhala los perfumes de la vida
- No tragues
- Paladea las virtudes del pan
- No desees
- Quiere.
Y de repente desapareció.
Rodrigo abrió la enorme puerta, no sin esfuerzo, parecía que nunca se hubiera abierto antes.
Encontró después de la gran puerta, otra más pequeña y detrás unas escaleras, cuando se dispuso a encarar las escaleras, un intenso olor a vino y a viandas le invadió.
Miro a su alrededor, pero sus pupilas no podían ver en aquella penumbra, la luz de la escultura viviente le había dejado aturdido.
Cuando decidió subir se abrió la puerta.
-adelante adelante, te esperábamos. Solo podía distinguir una silueta blanca, grande.
Se acerco y pudo ver a un extraño personaje grueso, de unos cien quilos enfundado en una larga túnica con un bordado rojo en el pecho, como un cáliz.
-tienes hambre- le preguntó el personaje..
-no, no, gracias- a medida que Rodrigo se acercaba iba descubriendo que había mas gente en el interior, concretamente once personajes mas, todos con la misma túnica, todos deambulando de un lado a otro de aquella especie de laboratorio transportando probetas, cazuelas, cucharas, sartenes y morteros, a una velocidad frenética.
Todos tenían rasgos parecidos, gruesas narices, grandes cuellos con papada, todos parecían tener una edad parecida, todos estaban absortos con sus quehaceres.
-¡buenos días¡ caballeros- apuntó el acompañante de Rodrigo- aquí tenemos a nuestro invitado.
-OH¡ gracias a dios.
-bien venido.
-cuanto tiempo.
- que tres en la cesta- le preguntó uno de los personajes.
-no lo sé, me lo hizo recoger la señora de la corona de lavanda.
-¡ha¡ gasterea.
-bueno ya va siendo hora de que nos presentemos.
Nosotros, buen amigo, somos los guardianes del sabor, los sacerdotes del flavour, los alquimistas…..
-bueno, bueno, no te dispares brillat, que en realidad solo somos cocineros.
-¿eso es lo que piensas?,¡ maldito renegado¡ Es eso lo que piensas, que todo lo que conseguimos es cocina, cocina y ya esta.¿ Así que no hay química en ese suflé?- señaló unos recipientes de porcelana estriada ,sobre una gran mesa de mármol. Y el asado, tampoco pasa nada en el asado, una gran pintada giraba en un ast, sobre un fuego de encinas en un rincón de la estancia.
-yo no he dicho eso- le replico rupert, que parecía de los más jóvenes. Yo solo digo, que nosotros en esencia solo somos cocineros, aunque como bien has dicho conocemos bien los secretos de la química y la alquimia, gracias a gasterea, que nos provee de conocimientos y viandas, para que descifremos todos los sabores que la naturaleza esconde.
-ven que te presentaré- le cogió de la mano y lo llevó al centro de la estancia.
Esta era luminosa a un lado había una cocina económica, con una puertecilla de hierro por donde se introducían los leños, en la parte superior, unos círculos concéntricos de hierro con un agujero en el centro, sobre los cuales descansaban cuatro marmitas llenas de líquidos en ligera ebullición.
En total eran doce los monjes del sabor, que se fueron presentando.
Brillat, el que le recibió a su llegada, rupert, el de la discusión, paul,garum,unami,ferran,arnadi,tarterull,almadroc,faust,eixemenis,meritoch.
El primero se presentó como el filosofo, el segundo como el cocinero de los reyes, el tercero fue descrito como el joven innovador, el destilador de la materia prima.el cuarto, el sausier, el mezclador de las esencias primarias, el quinto era el doctor del gusto el excelso de lo sabroso.el sexto era el alquimista, el mago, el reconstructor, el señor de las texturas. El séptimo un monje del conocimiento, un estudioso de las plantas.
Tarteull, un cazador de sabores. Almadroc, la mezcla del campo y los animales, el mezclador de especies.
Fausto, el pastelero, el compositor de dulces, el cocinero de postres.
Eixemenis, el escriba, el receptista, el notario, meritoch, el señor de las especias.
Provenían de todos los rincones del planeta y sus conocimientos les había convertido en inmortales, hacía tiempo que no Vivian en sus mundos, su sitio ahora era el limbo, ese espacio en el inconsciente humano que dota a las personas de cierto grado de sensibilidad, dependiendo de su grado de consciencia.
Su fisión era la de hacer llegar al ser humano el mundo del sabor por encima de cualquier otro sentido.
-bueno Rodrigo, has llegado hasta aquí, supongo que desde el mundo del color, pues es el paso previo en el mundo de los sentidos.
Una vez aquí solo queda dios, todos los sentidos están sometidos a este, te han elegido, debes dominar el sabor.
Rodrigo no articulaba palabra, todo parecía un sueño, era un sueño, la visión de todos aquellos acontecimientos no parecía propia de un cuerpo. Mas bien las percepciones provenían de una dimensión diferente mas luminosa etérea fugaz, el tiempo se fundía, no transcurría, los objetos, no tenían una composición concreta y aun que parecían estar hechos de los materiales mas convencionales tenían una extraña ligereza.

Rodrigo, no podía entender que hacia en aquel lugar recóndito.

Quienes eran aquellos personajes, que clase de ente se le apareció para guiarle.
Nunca había creído en fantasmas, su vida de maestro de escuela, le había sumido en el más profundo ateismo.

Y en su vida había cogido una sartén.

-no te preocupes por lo que ves, nada es lo que parece, solo es vacío.
- quien eres-musitó Rodrigo-
-¿no me recuerdas de tus sueños?
-




1 comentario:

I_DONT_NEED_A_NAME dijo...

ty for all ur comments .....i really enjoy them